Es un reto
perturbar tu concentración
no importa si la lluvia
parte el sol en mil cristales
nadie lo consigue.
Sables ensangrentados
y catapultas con bolas de fuego
legiones enteras
disputándose territorios
en el escenario de tu autismo pasajero.
ni los jazmines publicitando su aroma
ni los juncos saludando el andar
interrumpen tu sigilosa hipnosis.
Ni el sensacionalismo religioso
ni el cientificismo teórico
argumentan tu mudez.
En ocasiones mínimas
tu verborragia latente
se hace suspiro.
En el transcurrir (de acciones)
tu aguja marcará el máximo
ni el suave acariciar de los duraznos
ni la parafernalia de las cotorras
soportará tu crisis
tu ansiada explosión.
1 comentario:
Un poema a la propia represión o a la censura con que alguien controla sus actos verbales. (No es bueno ser un lengua larga!).
En el silencio, uno, con los labios apretados esperando que el cristal se parta en mil pedazos.
Detrás de alguien, otro, temeroso, intuyendo el próximo big bang que amenaza con refundar el paraíso en ruinas en el que estamos muriéndonos.
Y muy dentro del temor, la ansiedad, la desesperación de no saber hacia dónde vamos ni de dónde venimos.
Lo que parece indiferencia, abstracción o solemnidad, muchas veces, es solo ignorancia.
Nada parece tener el poder de sacarnos del estado catatónico en el que estamos.
Sin embargo, una primvera con aroma a jazmines, para mi, es más que suficiente para movilizarme. (Jazmines que se autopromocionen, como en el poema, y entreguen lo mejor de si sin especulaciones.)
Saludos!
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