jueves, 29 de julio de 2010

Aquí estoy de nuevo

No prometo nada. No prometo que sea por mucho tiempo. He perdido la regularidad y se me hace difícil encontrarla. Alguien me dijo que la vio por otros blogs amigos, pero muy seguido se nos escapa. La regularidad, quizá, sólo sea terreno femenino en el cual no deberíamos inmiscuirnos.

Presentaré en diferenetes post sensaciones que me causó el viaje por algunos pueblitos del Norte de nuestro país en el verano pasado. Hoy, revolví mi cuadernito de viaje y me dije: "vamos a lavarle la cara al blog".




La Quebrada acepta mastercard


"El médico le saca cuentas a las heridas"

Guillermo De Pósfay


Geografía debería enseñarse,

caminando los cerros;

la historia pre-colonial,

conversando con comunidades originarias,

visitando pucarás,

coqueando con tilcareños.

Pero soy turista,

soy gringo en mi tierra

(soy rubio en el Norte

y morocho en la 9 de julio);

lo que quiero saber

me lo venden,

lo que quieren decirme

me lo regalan.

Purma nos mira en verdes

(y no hay montes),

las coplas se garpan,

los cerros se alambran,

las salinas se llevan salarios

y los “gracias” se devalúan.

Pueblo de sofocante belleza,

calles de tierra monoviales

(angustia de veredas),

tímidas puertas de cardón

en casas de pirca y adobe,

y techos vulnerables

(al ojo porteño)

de cañas y barro.

La huída es angustiante

la marca de Purma

se compró un cerro

te guiña el ojo derecho

y te hace precio:

“los 7 colores por $100”.