martes, 5 de mayo de 2009

La vereda de hoy

Y las fuerzas externas

bastardearon mi soberbia,

y el llanto de mi alma

expulsó a la muerte de mi vida,

y los caminos pisoteados

fueron crujientes hojas secas,

y el caparazón que te protegía
se resquebrajó con mi aliento,

y las decisiones tomadas

amarraron mi existencia,

y los garabatos de amor

intentaron ser obras de Arte,

y la desnaturalización de la vida

opacó al sentido común,

y la búsqueda de afecto

sentenció mi pubertad,

y en las calles de mi mente

dejaron baches mis ideales,

y el onanismo sombrío

cuestionó los mandamientos,

y la vereda de enfrente,

se tornó hoy mi vereda,

y tu boca entre paréntesis

se dejó encerrar por mis corchetes,

y la “y” de tantos versos

me piqueteó por explotada,

y las cercas que he saltado

se despreciaron en mis recuerdos.

2 comentarios:

Wallis dijo...

Si le adjudicara un tema al poema, sería: la sobrevivencia.
Una manera de vivir es situarse a contramano, elegir la transgresión como una forma de aprehender el sentido de la existencia.
Pero, ¿cuánto dura la resistencia cuando avanzar es ir contra corriente?.
Sobrevivir, al final, es mucho más simple, es recortar aquello que ha dolido, definir estructuras y dejar a salvo lo que nos es esencial.
Tu poema al leerse se siente como un raspón en la piel ...
Pero no por áspero deja de ser bello.
Saludos
Wallis

Franco Krí dijo...

Gracias Wallis por tus palabras.